Jamás tocaremos las nubes. Y menos con esta milla de distancia entre ambos. Adoro hablar en términos absolutos, aunque en realidad no sirvan para absolutamente nada más que para dotar de fuerza algún sentimiento perdido dentro de esto que nos recubre llamado piel.
La verdad es que ella no me parece tan mal. Y por favor, no hagas con que no sabes de qué o de quién hablo. Hacerte el tonto no es lo tuyo. Juraría que te remueve algo por dentro, y cuando eso habita, mis posibilidades se disipan como la espuma de mar.
Y ahora no me pidas coherencia, primero entiende que si me quieres, eso no debería existir. Y no me lo he inventado yo, viene en la definición de incongruencia.