4 de febrero de 2012
Y así voy, caminando feliz por la vida cuando de repente algo te detiene a pensar y comienzas a darte cuenta de que ya no eres la misma persona, de que las cosas han cambiado lo suficiente como para que tú también lo hagas y que ya nada es igual. La verdad… da pena, y mucha. Ya no sé si es mejor ser alguien consiente que no disfruta mucho de las cosas ya que analiza demasiado o si es mejor ser alguien despreocupado pero feliz. Antes todo era respuestas. Y ahora todo está lleno de preguntas y ninguna tiene respuesta.